Tendría mi hija unos 7 años cuando, después de escuchar una discusión sobre la existencia de Dios, me dijo: “Mamá, yo creo que Dios sí existe, porque sino, quien hace las lavadoras, las neveras y todas las cosas que tenemos”. Le expliqué, ante el asombro de una niña de 7 años, que “las cosas” las hacemos las personas. No sé si lo entendió o simplemente pensó que mamá estaba loca.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces y yo tengo bastante más de 7 años pero, sin embargo, al igual que a ella, me siguen asombrando muchas cosas: como hay personas capaces de crear música, de capturar nuestro interior en una imagen, de dibujar en un lienzo la realidad que nos rodea o incluso de ver matemáticas en un par de pendientes. Y es que sí, todo lo que no entendemos nos parece imposible.
Yo soy artesana y muchas veces me han preguntado como hago las cosas, y a muchas personas les parece imposible que de un trozo de “plastilina” haga un collar. Yo les digo que todos somos capaces de crear, que sólo hace falta quitarle los límites a la imaginación y aprender la técnica. ¿Cuantas veces os habéis vuelto locas buscando esos pendientes que habéis imaginado para ese vestido?; ¿cuanto tiempo habéis estado buscando esa caja con dragones que tenéis en mente para ese gran amigo que cree en dragones?; ¿en cuantas ocasiones habéis querido hacer esa marioneta que le encantaría a vuestro hijo?. Sí, porque aunque no lo hayáis pensado nunca, todos imaginamos, vemos y creamos en nuestra mente.
Y es por este motivo que ahora, con 50 años y sintiendo que todavía tengo toda la vida por delante, que me he decidido a crear este Blog. Aquí quiero enseñaros todo lo que he aprendido en más de 30 años de experiencia, mostraros distintos materiales, explicaros nuevas técnicas y enseñaros todos mis trucos para que todos seáis capaces de quitar los límites a la imaginación.
Pues sí, es cierto que hay que quitar esos límites que casi todos tenemos a la hora de crear, perder el miedo, recuperar la ilusión. Es evidente que fracasaremos más de una vez, que diremos que algo es imposible, que sintamos que las ganas se marchan… ¿Pero qué importa eso? Siempre podremos volver a intentarlo, sobre todo sabiendo que nada irreparable ha ocurrido, y que la vida siempre te da una nueva oportunidad.
Completamente de acuerdo!! Soy de la opinión que es mejor caerse por intentarlo, que no caerse por no haberlo intentado. A fin de cuenta, solo vamos a vivir una vez y me he dado cuenta que de las cosas que me arrepiento son de las que no he hecho.
Y estoy también convencida que, cada uno a nuestra manera, todos somos capaces de crear.
Un abrazo